Vecina del agua
Dolorosa
ampolla
La
dualidad es un arcano
invisible.
Un
rumor de extremos.
También
el instante es indefinible.
Existe
dureza en esta comunión,
como
el filo del diamante por el que sangro
o
el lago bajo cero.
Si
realmente tuviera qué decir,
no
saldría ninguna palabra.
La
verdad es una melodía que
desaparece antes de completarse.
Anclajes
Había un
pensamiento anclado en esa esquina. Lo crucé por primera vez hace
unas semanas. Doblando la curva ascendente se me instala unos
segundos. Me llevó unas cuantas pasadas darme cuenta de que era un
sector tomado por una sensación. Algo me acompaña algunos pasos, en
esa esquina, en ese espacio. No sé si siempre estuvo ahí y
simplemente pasé por el lugar donde se anidó; quizás lo dejaron
hace poco. Quizás alguien amó fuerte en esa esquina o tomó una
decisión importante o enterró un libro abierto. La esquina huele
mentolada al principio y amaderada al final. Sopla viento y el pasto
está húmedo. Crecen hongos, siempre siete, imagino que son como
notas musicales, enraizadas ahí también.
Había una
canción anclada en esa esquina.
Anterior encriptado
Caos
y cosmos
vuelven
a ser el mismo cielo, la misma tierra.
Cruzamos
a la otra orilla del mar, la arena parece más blanca.
Baja
el polvo de una nube milenaria,
nacida
del impacto de una noción elemental.
Terminó
la melodía, pero aún se huele.
Dinámica de fluidos
Abrí
una herida sin un gesto físico.
Un
movimiento de expulsión de sangre que ahora es ajena
Acepto
la debilidad
insalvable
en cualquier transmigración.
La
quietud y el letargo.
La
purga.
Luego,
la regeneración de partículascon mensajes anclados
como
figuras
en
circuito constante.
Abro
una herida.
Todos
mis planos están alineados.
Potencial
La
palma en la arena.
Un
disco blanco, que no ciega. Puedo recorrer su circunferencia con la
mirada. No sé si lo hago hace dos minutos o treinta años.
La
planta del pie sobre la arena.
Repaso
mentalmente el movimiento de sentarme y luego pararme. No sé si lo
hago hace cinco minutos o treinta y dos años.
Una
brisa me levanta desde la nuca, el horizonte me lastima los ojos.
Busco el disco para de refugiarme, pero ya no está.
Entonces
me miro las manos. No las había visto, tocaban la arena desde
siempre.
El
desierto contiene todas las posibilidades.
Susurro natura
Desde
el exilio de todo, festejo la distancia.
Habitar
una cápsula o un huevo de rana.
Un
silencio de vigilia perfecta.
El
olvido del lenguaje común.
El
relámpago y el rayo.
El
olor a tierra húmeda y el viento sordo.
La
música de los frutos cayendo sobre el techo.
Soy
una planta abriendo grietas
en
una pared vieja hasta derribarla.
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